jueves, 18 de junio de 2009

En la palestra de desconocidos
buscó a su lado el calor.
Y simulando mojarle el oído
le besó el cuello y le dijo.
"Me gustas tanto
quisiera aprenderme tu nombre..
Me gustas tanto que
no sé por donde voy".
Me le acerqué suspicaz
y le tendí un anzuelo:
Vamos a fumar un porro ahí.
Me gusta verte reír,
me gusta tanto tu coqueteo!
Tengo una idea, no me hables de ti
y mucho menos de tu pasado..
Algo en tus labios color carmín
sugiere que vayamos al grano.
Oh! la alegría llegó! La alegría llegó!
Y sé que no dura para siempre.

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